Medio siglo de amistad* y colaboración literaria. Fragmentos de una entrevista inédita** y selección de citas varias.

Termina 2023 y finaliza también el año Francisco Fernández del Riego. Dejo aquí el inicio de mi mínima contribución periodística (Cadernos Ramón Piñeiro, XLVI) a las conmemoraciones organizadas en su memoria. [Texto íntegro en castellano].
Remata 2023 e vaise pechar tamén o ano Francisco Fernández del Riego. Deixo aquí o limiar desta mínima contribución xornalística (Cadernos Ramón Piñeiro, XLVI) ás conmemoracións organizadas na súa lembranza. [Texto completo en galego].

Porque poderías chegar a ver que todas as verbas de Hamlet son verdade, ou que todas as verbas de Hamlet son mentira.
Álvaro Cunqueiro, O incerto señor don Hamlet, 1959
As lembranzas e as fantasías atropélanse na mente de Mauro.
Francisco Fernández del Riego, O cego de Pumardedón, 1992
La amistad y la relación profesional de Francisco Fernández del Riego (1913-2010) con Álvaro Cunqueiro Mora (1911-1981), iniciada en su mocedad lucense y compostelana, se mantuvo incólume hasta el final de sus días. Duró, por tanto, medio siglo. Un tiempo de complicidad y admiración mutua, de profundo respeto, pese a sus divergencias ideológicas y existenciales. Fue la suya una andadura apasionante, que culminó al remate de las horas pasadas en compañía a la vera de las «ondas do mar de Vigo», con muchas ilusiones compartidas y algunas decepciones personales que también les afectaron a los dos. Vigo fue el puerto al que arribaron ambos en momentos muy distintos: Fernández del Riego en 1939, dispuesto a sobrevivir —casi clandestino— tras la guerra civil, y Cunqueiro en 1961, cuando era ya un autor reconocido, dentro y fuera de Galicia, y había superado los peores momentos de su ostracismo mindoniense, iniciado tras su regreso a la ciudad episcopal en 1947.
Los dos soñaron con tesoros nuevos y viejos. Marineros nostálgicos —con la esperanza de Ulises y la morriña de Sinbad—, corretearon de niños por las playas de Foz, en el Cantábrico lucense, descubiertas en los soleados y felices días de la infancia. En la vejez, notablemente más larga en el caso de don Paco —Cunqueiro falleció con solo 69 años—, siguieron con la mirada dirigida hacia las «ondas grandes do mar», las mismas que cantaran Martín Códax y Mendiño, dos de sus trovadores de cabecera. Del Riego y Cunqueiro fueron en cierto sentido complementarios, al modo machadiano: cara y cruz. Se comprende mejor la profunda, persistente y romántica «idea de Galicia» de Fernández del Riego si uno se sumerge en la literatura envolvente —local y universal al mismo tiempo— de Cunqueiro. Una obra deudora, a su vez, de los apoyos y empeños de Fernández del Riego en las horas bajas del escritor de Mondoñedo: «Vencendo a súa teimosía de se mergullar nun mundo de escepticismo e de soedade, animeino, tamén eu cismante, para que escribise prosa en galego. Foi mesmamente polo meu petarreo, que se decidira a facer narrativa na lingua natal. Xurdiron así, de a pouco, os folios cos que compuxo o libro Merlín e familia» (1990: 255).
Todas las monografías y semblanzas biográficas aparecidas hasta la fecha destacan la trascendencia de esta relación y la analizan desde distintas perspectivas. Las decenas de cartas intercambiadas, los libros de memorias escritos por Fernández del Riego —O río do tempo (1990), A xeración Galaxia (1996) y Camiño andado (2003)— y su ensayo sobre el autor mindoniense —Álvaro Cunqueiro e o seu mundo (1991)— reflejan parte de esas vivencias. También las recientes biografías publicadas por Ramón Nicolás, Héctor Cajaraville y Malores Villanueva corroboran, entre otros trabajos y reseñas, la importancia de esta amistad. Un afecto y un reconocimiento de los que Cunqueiro dejó asimismo constancia en dedicatorias, prólogos, artículos y epistolarios, como el recopilado por Dolores Vilavedra en Cartas ao meu amigo (2003). Por no hacer la lista demasiado prolija, dejo tan solo un último botón de muestra: «As frases de maior gavanza e gratitude que lle oín a Cunqueiro cara a unha persoa tiñan por destinatarios a Francisco Fernández del Riego e a Alberto Casal», cuenta José Francisco Armesto Faginas (1987: 178) en su imprescindible biografía de Cunqueiro.
Artículo completo en castellano
__

*Estas líneas proceden del inicio de un texto aparecido en mayo de 2023 en Cadernos Ramón Piñeiro (XLVI, páginas 231-253). Su traducción al gallego estuvo a cargo de los editores de la revista, a quienes agradezco su trabajo y la invitación a colaborar en este número monográfico, titulado Francisco Fernández del Riego no río do tempo. La publicación, enmarcada en el Día das Letras Galegas dedicado a Del Riego, se presentó oficialmente el 28 de diciembre de 2023 en Lourenzá (Lugo), villa natal del escritor homenajeado.
**Los fragmentos recuperados aquí proceden de la entrevista inédita —salvo algunas menciones breves adelantadas en publicaciones anteriores— grabada por el autor de este texto, el 25 de noviembre de 2009, con Francisco Fernández del Riego. La conversación, que duró media hora, tuvo lugar en la Fundación Penzol de Vigo y su destino inicial era una tesis doctoral que, lamentablemente, no llegué a culminar. El resto de los testimonios, recogidos de aquí y de allá y debidamente documentados, complementan esas declaraciones de Fernández del Riego y nos aproximan a los momentos más significativos «dunha amistade vella e longa. (…) Dil [de Cunqueiro] escoitéi as primeiras palabras vivas que fixeron conscente o meu instintivo sentimento de galeguidade» (Fernández del Riego, 1964: 99-101).