El aquelarre de Cunqueiro

Artículo de Cunqueiro en la revista Jano (14 de noviembre de 1972), recogido en la antología Al pasar de los años (Biblioteca Castro, 2020).

Hoy he visto Akelarre, excelente y sobrecogedora película del argentino Pablo Agüero distinguida anoche con cinco premios Goya. Y, al final del día, he desembocado, como tantas otras veces, en los mares literarios de Álvaro Cunqueiro. Don Álvaro era gran admirador del antropólogo vasco Julio Caro Baroja, sobrino de don Pío y destacado estudioso de la brujería y su historia. Akelarre refleja muy bien el dolor y el sufrimiento causado, sobre todo a las mujeres, por aquellos delirantes procesos inquisitoriales que terminaban en la hoguera.

Película de Pablo Agüero ganadora de cinco premios Goya en 2021.

Esta mañana, César Morán y Antonio Reigosa me recordaban en Facebook que, justo hace un año hoy, el 7 de marzo de 2020, presentábamos en Mondoñedo mi antología periodística Al pasar de los años, recién publicada entonces por la Biblioteca Castro. Aquella fue la primera y la única presentación del libro porque, una semana más tarde, entramos en el diabólico ciclo del coronavirus y ya no fue posible celebrar ninguno de los actos previstos en otras ciudades gallegas.

Es vox pópuli la querencia y el interés de Cunqueiro por los asuntos relacionados con los demonios y la brujería, a los que dedicó decenas de comentarios. En los diez capítulos que conforman Al pasar de los años hay dos relacionados con estos temas: «Aprendiz de brujo» y «Notas para un diccionario de ángeles». Para este último apartado seleccioné, entre otros, el trabajo publicado por don Álvaro en la revista Jano el 14 de noviembre de 1972: «Leonardo en el aquelarre y el oficio de bruja».

Tras ver la película he vuelto a ojear el artículo y he desempolvado el tomo de Jano en el que apareció impreso. Figuraba incluido dentro de un número especial que se ocupaba del congreso de brujería celebrado aquel año (1972) en San Sebastián, según se advierte en el sumario.

El artículo es uno de los doscientos publicados en Al pasar de los años (Biblioteca Castro, 2020).

Cada artículo de Al pasar de los años —obra completada poco después con O labirinto do Imperio Secreto gracias a la iniciativa de Armando Requeixo y la Casa-Museo Cunqueiro— tiene para mí su particular historia. Mantengo muy vivo en la memoria el hallazgo, la transcripción y la edición de este texto de Jano, que estaba inédito en libro hasta entonces. Recuerdo la consulta telefónica a mi amigo el profesor José Antonio Pascual, a propósito de la cita de Joan Corominas que encabeza el texto.

«Las brujas van y vienen. Las hay, las habrá hasta el último día. Mientras, regüeldos, coitos, blasfemias, moscas que manda Belcebú, fórmulas de vuelo y de muerte, seguirán ocupando su lugar en el aquelarre», escribe Cunqueiro al final del artículo.

A esta hora, entre lusco e fusco, rememoro con agrado aquella jornada mindoniese de hace un año, cuando aún vivíamos ajenos a las dimensiones de la tragedia de los meses venideros. Por la tarde, en la Confitería La Alianza, especulábamos sobre el virus con la tranquilidad que proporciona el desconocimiento. Allí, entre cafés y tarta de Mondoñedo, no se vislumbraba la amenaza real de la pandemia, cuyos negros efectos todavía perduran. Tal vez debimos recurrir a la sabiduría de Cunqueiro, buen conocedor de las pestes de antaño, sobre todo de las relatadas por sus admirados Samuel Pepys y Daniel Defoe. Días después lamenté haber dejado fuera de la antología un artículo suyo en Tribuna Médica, «La peste de 1983», distopía aparecida el 21 de julio de 1972.

Artículo publicado en 1972 por Cunqueiro en Tribuna Médica.

Algunas veces hay segundas oportunidades. He rescatado del olvido esta columna y, si no surgen imprevistos, el texto saldrá a la luz en la próxima revista de As San Lucas. Reaparecerá como un guiño cunqueiriano en medio (ojalá en el final) de la pandemia del coronavirus. De una peste que no imaginamos ni por asomo en las horas felices del 7 de marzo de 2020 en Mondoñedo. El consuelo es que, tratándose de Cunqueiro, siempre podremos superar la desdicha para soñar con nuevas y floridas estaciones. Haberá primavera.

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